Durmiendo con un desconocido, el colchón
9 febrero, 2014 | Por Arturo Fernández García | Categoría: MáquinasColchones viscoelásticos, de látex, con muelles de hilo continuo, acolchados, de núcleo de espumación, con tratamiento higiénico e hipoalérgico, antiácaros… El 80% de las personas que se disponen a comprar un colchón asegura no tener ni la más remota idea de cuáles son las ventajas o beneficios que ofrece cada colchón. Todos saben que un colchón hay que probarlo antes de comprarlo, pero tan sólo con 2 minutos de prueba no sabemos si es el adecuado o no. Elegir un buen colchón es fundamental para asegurar un buen descanso de todo el cuerpo.

¿Estamos seguros de que nuestro colchón es el más adecuado? Existen varios tipos de colchones, elige el tuyo. Foto CC BY Martinak15
En el mercado encontramos una amplia variedad de modelos: pueden ser dobles, unipersonales, más anchos, más cortos… Los precios varían dependiendo de las características del mismo, por lo que deberemos fijarnos para comprar, y siempre dependiendo de los gustos personales, en su adaptabilidad, comodidad, firmeza, elasticidad y durabilidad. La duración de un colchón es relativa, pues nadie sabe quién pronunció la máxima que afirma “los colchones duran 10 años”.
Tipos de colchones
Desde el colchón de lana utilizado durante la primera mitad del siglo XX hasta los actuales de espuma, látex, muelles… Todos tienen una característica en común: sirven para dormir. Diversos son los tipos y difícil el decantarse por uno de ellos. El más común es el de muelles cuyo interior esta compuesto por alambres enrollados protegidos por espuma de poliuretano, también conocido comúnmente como gomaespuma.
El colchón de muelles deriva en el de espuma, formado únicamente por un bloque de espuma de poliuretano compacta protegido por una funda que suele ser de algodón. No suele ser común toparse con un colchón de agua que, como su propio nombre indica, está compuesto únicamente por agua, su peso es excesivo y la comodidad del mismo es bastante relativa.
El colchón de espuma Viscoelástica tiene como principales notas diferenciales su gran adaptabilidad y su grado de firmeza medio, la densidad de la espuma determinará que sea más blando o más duro. Lo más probable es que el de látex sea el más conocido pues se adapta al cuerpo de una manera uniforme. Aunque para ser considerado látex, debe tener al menos el 85% de esta materia, el resto puede ser mezcla de otros productos utilizados en la fabricación de los colchones.
El de aire es el que más se utiliza por si viene algún invitado a casa, sales a dormir fuera o te vas de camping. Se hincha de aire hasta el punto en el que el consumidor se sienta conforme con su flexibilidad. A más aire en el interior más duro, a menos, aumenta su adaptabilidad al cuerpo. Algunos colchones incorporan el sistema antiácaros para evitar que estos animales microscópicos vivan y proliferen en el interior.
Materiales novedosos
La innovación en los materiales va ligada al avance y descubrimiento de nuevos métodos de fabricación de colchones. El material Viscoelástico, base en muchos de nuestros colchones, es un material de última generación desarrollado por la Nasa para sus viajes espaciales alrededor de los años sesenta. Sin embargo, no es hasta los años noventa cuando se aplica a la fabricación de los colchones. Este sintético favorece la adaptabilidad de nuestro cuerpo al colchón. Dentro del material Viscoelástico existe una amplia variedad de particularidades que dependen del tipo de fabricación del producto. Hay empresas o marcas que destacan el material Viscoelástico por ventajas de ventilación, pero cabe decir que es un argumento de venta ya que el material no requiere ventilación al no tener problemas de humedad.
El látex, empleado también en numerosos colchones, es una sustancia formada en gran porcentaje por resinas gomosas de origen vegetal, es de color blanco y tiene propiedades elásticas e impermeables. Los colchones de látex se caracterizan por su alta durabilidad, además se adaptan a la forma del cuerpo, evitan dolores de columna y son los más recomendables para aquellas personas alérgicas a los ácaros. Este material permite la posibilidad de combinar diferentes firmezas en la superficie del colchón para conseguir zonas de descanso para las distintas zonas de nuestro cuerpo.
Últimamente se están empleando materiales naturales como la fibra de coco, algas marinas y la crin de caballo. La fibra de coco es mezclada y entrelazada con el látex para aportar un colchón compacto. Las algas desprenden pequeñas cantidades de yodo, oligoelemento fundamental para el organismo, que favorece la obtención de energía, ayuda en la absorción de hidratos de carbono, mejora la agilidad mental, ayuda a regular el colesterol y es necesario para el correcto metabolismo de los nutrientes.
Antes de comprar un colchón
Hay que tener en cuenta que existe una amplia variedad de colchones, así como materiales utilizados para su construcción. Una vez sabemos que vamos a cambiar de colchón, hay que consultar con un vendedor especialista de este tipo de productos ya que nadie mejor que él sabrá explicar qué tipo de colchón es el que más se adapta a lo que buscamos.

La duración de los colchones puede ser mayor a 10 años, si se mantiene el colchón en buen estado. Foto CC BY Erik Abderhalden
Debemos probar los diferentes tipos que estén a nuestra disposición, pues cada persona tendrá sus preferencias a la hora de hablar de descanso: a unas les gustará más duro, a otras más blando y así, sucesivamente. Habrá que estar un tiempo considerable en la tienda antes de adquirir cualquier producto, pues la seguridad de comprar el adecuado es necesaria.
Los precios son muy diferentes, desde los más sencillos de 300 euros hasta los más novedosos y sofisticados que pueden llegar a rondar los 2000 euros. Es una inversión que también depende de factores como el peso, la altura, la temperatura y el espacio que uno disponga para ubicar lo que será su lugar de descanso nocturno. Un buen colchón debe respetar la curvatura natural de la columna vertebral en cualquier postura que se adquiera durante el descanso.
Para mantener un colchón en buen estado y romper con la máxima que destaca “los colchones duran 10 años”, hay que ventilar bien el dormitorio, esperar antes de hacer la cama para favorecer el aireamiento del colchón, dar la vuelta a los colchones de vez en cuando para evitar las deformaciones y no olvidar lavar las fundas que los protegen. De esta manera, tendremos nuestro colchón en perfecto estado para utilizarlo durante más de 10 años.