E-bikes, la electrobici

31 julio, 2012 | Por | Categoría: Máquinas
Es  una bicicleta, y casi un ciclomotor.  Asiste con un motor eléctrico al ciclista en los momentos duros, pero sólo si lo desea. Convierte una pendiente en una llanura. Da alas, pero con limitaciones. Es urbana o montañera, para jóvenes que ni siquiera quieren coger el autobús, mayores sin miedos y, sobre todo, valientes dispuestos a prescindir del coche y hasta de la moto.
Ecológica y funcional, la bicicleta eléctrica tiene un futuro en las ciudades. Foto BH.

Fue el caso de Concha. Una mujer de 69 años que adquirió una bicicleta de paseo cuando se trasladó de Madrid a un pequeño pueblo de la sierra. Su casa, situada bajo la montaña, está separada del centro del pueblo por un par de kilómetros con varias pendientes imponentes. Hacer la compra más básica en el supermercado se convertía en una dura tarea, ya que a la vuelta debía subir aquellas cuestas. Así que fue desterrando su bicicleta y volviéndose dependiente de personas cercanas que tuvieran un coche. Hace un año, le regalaron un kit que convertía su clásica bicicleta en una bicicleta eléctrica. Desde entonces, subir las pendientes es como descenderlas y ha vuelto a ser una mujer independiente. No, no es un invento nuevo, no es una nueva aparición estelar del siglo XXI. La bicicleta eléctrica tiene sus inicios en los años 20, cuando a la bicicleta clásica se le incorpora un motor de combustión interna.

Talentos como Orden Bolton Junior, el francés Gastón Planté, el inglés Ben Borden o empresas como Lejay Manufacturing, Yamaha y Lucas Industries,  entre otras,  a lo largo de los años han investigado, presentado patentes, configurado, poco a poco, lo que hoy conocemos como la bicicleta eléctrica, la e-bike, el pedelec.

Mucho más que pedalear

Con una bicicleta eléctrica pueden recorrerse hasta 60 km por carga de batería. Esto siempre dependerá del tipo de batería que lleve la bicicleta, a más potencia  mayor autonomía, y del peso que deba soportar. Las bicicletas eléctricas no son más que una bicicleta con un motor eléctrico, una batería, un sensor de pedaleo, un controlador y un panel de mando. El motor no debe superar los 250w de potencia, según la legislación actual de la Unión Europea. Las baterías pueden tener intensidades de 7, 8 o de 10 amperios, incluso algunas llegan a 12. Pueden estar fabricadas de gel plomo, de níquel o de ion litio.

Las primeras fueron desarrolladas por el francés Gastón Planté en el año 1959. Sus ventajas son su gran durabilidad a largo plazo y un precio más económico.  Su desventaja es su gran peso (unos 8 kg.), y que son más contaminantes. Las segundas pueden ser de níquel cadmio o de níquel metal hidruro, las últimas más fiables y seguras, ambas con efecto memoria. Su precio es intermedio, pero siguen teniendo un peso algo más elevado que las terceras y últimas. Éstas son las de litio o ion litio. No tienen efecto memoria, su peso es muy reducido aunque su precio aún es elevado. Datan de 1991, aunque no se incorporan hasta bien entrada la primera década del 2000. El sensor de pedaleo es el que permite a la bicicleta conocer la presión que se está ejerciendo sobre los pedales y regular la ayuda que va a ofrecer el motor. Este sensor se instala en el eje del pedalier (donde se enroscan los pedales). El controlador hace una lectura del sensor de pedaleo y envía impulsos eléctricos para activar el motor según la necesidad del ciclista. Y por último está el panel de mando, que permite al ciclista determinar el grado de asistencia que desea. Existen diferentes tipos de paneles, desde los más sencillos hasta los muy sofisticados, con pantalla táctil y multifunción.

Otro posible componente es el acelerador de puño. Éste se instala en muchas bicicletas eléctricas, aunque su uso está prohibido en vías públicas. El motivo de la prohibición es que, según la legislación actual, la bicicleta eléctrica no necesitará homologación como ciclomotor siempre que se circule a una velocidad máxima de 25km/h y siempre que el ciclista esté pedaleando. De hecho, la ley indica que el motor debe dejar de funcionar en el momento en que no hay pedaleo oen  que se supera dicha velocidad. Por lo tanto, si se utiliza el acelerador para poner en funcionamiento el motor, no son los pedales los que realizan esta tarea. De ahí su prohibición.

Sobre este asunto, Sebibike, apodo del fundador de un foro con 652 usuarios registrados, enbicielectrica.com, lo tiene bastante claro. Para él lo que se hace es legislar mediante una prohibición ante un posible uso ilegal. Para Sebibike, el uso del acelerador “sería muy aconsejable en situaciones que pueden resultar peligrosas para una bicicleta que circula por la misma calzada que el resto de vehículos. Por ejemplo, al salir de un semáforo, un stop o cualquier situación de parada. Con un acelerador, la bicicleta podría ponerse más rápidamente a una velocidad más adecuada al tráfico que si lo hace a base de pedaleo. Por eso opino que debería permitirse la instalación del acelerador, y que se castigue a los que hagan un mal uso de éste”.

Por su parte, Héctor, dueño de la tienda online www.bicicletas-electricas.com.es, subraya la importancia de que cada vez haya más conocimiento sobre las bicicletas eléctricas por parte de agentes de la autoridad, incluso el hecho de que, en varias poblaciones, éstos las utilicen en su labor diaria, como en el caso de funcionarios del Ayuntamiento de Alcobendas, en Madrid.  Cree que esto favorece que exista mayor “legalidad” por parte de los usuarios de este tipo de transporte. Su empresa fabrica bicicletas y, aunque está instalada en León, su principal mercado es Europa.

Y es que en Europa son muchos los países cuyos habitantes utilizan la bicicleta como medio de transporte habitual. “En España, el uso de la bicicleta se sigue viendo como un deporte, no como un medio de transporte”, asegura el Director Comercial de Ciclismo Nacional de Decathlon, Carlos Gómez. Aunque mucha gente, al igual que él, esperaba que se produjese un boom en la adquisición de e-bikes, la realidad es que aún es una gran desconocida. Gómez está convencido de que ese boom llegará el 2013 y, de hecho, su empresa va a realizar una fuerte campaña de apoyo a este tipo de vehículos de movilidad urbana, porque son muchos los hombres que, aprovechando el descanso del almuerzo, salen de su oficina para ir a las tiendas a informarse. Son hombres de entre 40 y 60 años. Este tipo de cliente está buscando sustituir su vehículo habitual por un transporte más eficiente. “Las personas interesadas en adquirir una e-bike muestran su reticencia a causa de dos motivos fundamentales. Por un lado, la evidente peligrosidad de la conducción de una bicicleta junto al resto del tráfico rodado de una ciudad. Por otro lado, el robo o vandalismo que puede sufrir la bicicleta. Por este último motivo, estos clientes se decantan por la bicicleta plegable, ya que ésta ocupa mucho menos espacio y puede llevarla consigo a su lugar de trabajo”, observa Gómez. Ya hay muchas marcas que están trabajando en ambos conceptos: bicicleta eléctrica y plegable, aunque aún tienen un precio bastante elevado.

España vs. Europa

Aunque el mercado de la bicicleta eléctrica ha aumentado en España en los últimos años, sigue estando muy por debajo de países como Francia o Alemania. Según informa BH en su web, el crecimiento sería de 6.000 unidades en España frente a 17.000 y 44.000 unidades en Francia y Alemania, respectivamente. Estos datos contrastan bastante con el gran crecimiento que ha tenido la industria de la bicicleta eléctrica en España, así como la importación de las mismas. Marcas españolas conocidas para la mayoría de los usuarios, están trabajando en la fabricación de e-bikes. Es el caso de BH, Orbea, Monty o Conor. Pero en los últimos años también han aparecido multitud de pequeños fabricantes que tratan de hacerse un hueco en esta naciente vorágine de vehículos ecológicos de dos ruedas. Es el caso de www.bicicletas-eléctricas.com.es, que fabrica todas sus bicicletas a partir del ensamblaje de componentes internacionales o nacionales, lo que permite una cierta personalización.

Además de poder adquirir una eléctrica, si uno dispone de bicicleta puede comprar un kit para hacerla eléctrica. Pueden encontrarse kits completos o kits de componentes específicos. Existe un amplio abanico de posibilidades: diferentes tipos de motores, de baterías, de paneles. Por supuesto, también cabe la posibilidad de “trucar” la bicicleta para que su motor tenga mayor potencia de la permitida. En este último caso todo irá bien siempre y cuando no exista un accidente, pues, en tal caso, el propietario podría tener auténticos problemas, tal y como advierten los foreros de enbicieléctrica.com

Un pequeño lujo para un gran ahorro a corto plazo

El precio medio es cercano a los 1.200 €, encontrando algunos modelos con precios inferiores y muchos con precios superiores. En los medios de venta de segunda mano también se ofertan este tipo de bicicletas, y sus precios oscilan desde los 100 € hasta los 2.500 €. Pero si el precio medio le puede parecer elevado sepa que, según la web M55-bike, en el 2011 la bicicleta eléctrica más cara del mundo era el modelo M55-Terminus, cuya fabricación fue financiada, en parte, con fondos europeos: en su acabado Royal Edition, cuesta 28.888 €, impuestos no incluidos. Según su fabricante, “esta bicicleta es una pieza de arte”. Se trata de un modelo híbrido que cuenta con componentes exclusivos que la convierten en un auténtico objeto de lujo.

Aunque el precio de las e-bikes aún no es apto para cualquier bolsillo, este tipo de transporte resulta mucho más económico que los habituales. A diferencia del coche o de la motocicleta, no precisa de gasolina y aceite para funcionar. Basta con una carga de la batería cuyo precio oscila entre 0.15 y 0.20 €, según informa Gas Natural Fenosa en su web. Su mantenimiento es bastante económico, similar al de la bicicleta clásica. No precisa de seguro, no tiene que pasar ninguna inspección técnica, no tiene que estar matriculada y no se necesita carnet para conducirla. Aunque sea más que aconsejable, ni siquiera es obligatorio el casco en vías urbanas si no portas niños.

Cada vez que Luis tiene que echar gasolina a su coche se echa las manos a la cabeza. Todos los días recorre 20 kilómetros con él, pero entre los atascos y los semáforos pierde muchísimo tiempo. Luego, cuando por fin llega al trabajo, tiene que dar un montón de vueltas para encontrar un sitio en donde aparcar. Se baja del coche, busca el parquímetro e introduce las monedas. Sube al despacho y piensa en los más de 50 euros que le costará llenar el depósito. Piensa en cómo están las ruedas y que deberá cambiarlas antes de que llegue el invierno. Se pone a trabajar, prefiere no pensar mucho en ello.

Ecología, salud y urbanismo

La bicicleta eléctrica es una buena opción para desplazarse por ciudad porque es un vehículo completamente ecológico y no contaminante, y tiene un importante beneficio para la salud porque, en todo momento, se está realizando un ejercicio físico. Además, como en este ejercicio físico el ciclista está asistido por un motor eléctrico, disminuirá o desaparecerá la fatiga, el cansancio y el sudor.

También se trata de un vehículo relativamente rápido. Cada día hay más carriles específicos para las bicicletas, y la e-bike podrá hacer uso de ellos cuando así lo quiera su conductor. Esto facilitará el desplazamiento en lugares con un elevado tráfico rodado, reduciendo el nivel de peligrosidad y favoreciendo la rapidez en el recorrido. Para muchos expertos y usuarios de la bicicleta, uno de los problemas para el desarrollo de estos vehículos es la falta de infraestructuras. Para éstos, los kilómetros de carril bici existentes en la mayoría de las ciudades son deficitarios. Lo mismo ocurre con las zonas habilitadas para el aparcamiento de las bicicletas. Otro problema es que no en todos los medios de transporte urbanos (autobús y metro) está permitido introducir la bicicleta, y en algunos de los que sí lo permiten es necesario pagar un plus sobre el billete. Sevilla es una de las ciudades con más kilómetros de carril bici construidos. “Éste es uno de los elementos que ha contribuido a que ésta sea la ciudad española donde más bicicletas eléctricas vende su empresa”, piensa Carlos Gómez.

Para muchos usuarios, otro de los handicaps que muestran las bicicletas eléctricas es la limitación de la velocidad del motor. Coinciden en que la limitación de la velocidad a 25km/h resulta un poco absurda, ya que cualquier bicicleta puede superar los 30 km/h con cierta facilidad y mucho más si es descendiendo una pendiente, aunque también reconocen la importancia de que exista un límite de velocidad que no haga de la bicicleta eléctrica un vehículo temerario y peligroso. Y al igual que ocurre con la limitación de la velocidad, ocurre con la limitación de la potencia del motor. Aunque tanto especialistas como usuarios están esperando un cambio en la legislación en lo que a éste último respecta. Se espera que, para finales de año, la solicitud de cambio de legislación realizada por la Comisión del Mercado Interior y Protección del Consumidor en el Parlamento Europeo sea aprobada. Esta modificación elimina la limitación de la potencia del motor de 250w, no mencionando ninguna nueva limitación. Para Héctor, de bicicletas-eléctricas.com, esto sería muy beneficioso, porque el hecho de un aumento en la potencia no tiene que llevar parejo un aumento en la velocidad, y dicho aumento de potencia permitirá que las bicicletas eléctricas puedan seguir moviéndose de manera eficiente aun llevando mayor peso (remolques, carros…).

La e-bike al servicio de la comunidad

Actualmente, la mayoría de las ciudades españolas tienen un gran interés en la creación de un servicio público de alquiler de bicicletas eléctricas. En muchas ya está disponible el alquiler público de las clásicas bicicletas, pero la realidad es que, aparte de Segovia, que ofrece préstamo de e-bikes desde el 2008, sólo algunos municipios más se han sumado a la iniciativa. En Vigo se instauró el préstamo público de bicicletas eléctricas en septiembre de 2011, pero, tras cuatro meses, el gobierno municipal no renovó el contrato de adjudicación y, a pesar de la buena acogida que tuvo la iniciativa y de la inversión que supuso, ahí terminó su andadura, según informó lavozdegalicia.es. En Burgos, se ha instaurado un sistema en el que los hoteles son los que prestan a sus huéspedes la bicicleta eléctrica para poder moverse por la ciudad. El alquiler público aún está empezando, pero el alquiler privado de bicicletas eléctricas ha ido aumentando en muchos espacios de distintas ciudades españolas. Es el caso de empresas como Ecomovingsports, que se dedica al alquiler de vehículos ecológicos como trikkes, tándems, skates eléctricos, balance bike y, por supuesto, bicicletas eléctricas, en Madrid.  Esta empresa cuenta, además, con un servicio de taller en el que montan los kits de conversión en bicicletas clásicas.

Puede que el uso de la bicicleta eléctrica despegue en los próximos años o puede, simplemente, que continúe siendo una gran desconocida. En lo que todos los expertos, foreros y aficionados coinciden es que España necesita una mentalidad mucho más ecológica en el transporte. Y quizá, si esto ocurre, la bicicleta eléctrica tenga reservada una porción de asfalto.

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