Cáncer de mama masculino, la minoría invisible
11 febrero, 2014 | Por Irene Pascual Juez | Categoría: HumanosLa mayor parte de la población cree que esta enfermedad solo afecta a mujeres. En el año 2012 se detectaron 220 nuevos casos.

Las mamografías permiten detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables. Foto CC BY Sca Svenska Cellulosa.
Miguel estaba duchándose cuando descubrió que tenía un pequeño bulto en el pecho. No le dio demasiada importancia, incluso creyó que podría tratarse de una simple picadura. “En verano pasaba mucho tiempo en el jardín y cualquier mosquito podía haberme picado”, pensó. El bulto iba creciendo cada vez más, pero pasaron varios meses hasta que decidió ir al médico. Fue entonces cuando le diagnosticaron la enfermedad: cáncer de mama. Era el año 2010 y Miguel ni siquiera sabía que existiese la posibilidad de que un hombre pudiera tener este tipo de tumor. En ese momento estaba con su mujer y sintió vergüenza cuando se lo comunicaron por el hecho de ser un hombre. No pensó ni en quedarse calvo, ni en el qué dirán, solo en qué iba a pasar después. “No sabía qué hacer, me quedé atónito”, recuerda Miguel, al que la suerte le había dado la espalda.
Al principio le costó asimilarlo, “¿por qué a mí?”, no lo entendía, pero a los pocos días solo tenía como objetivo luchar contra la enfermedad. “Lo hemos pillado a tiempo”, dice que fueron las palabras más tranquilizadoras de todo el proceso que tuvo que vivir. Este vallisoletano recuerda, con media sonrisa en su rostro, el revuelo que causó su presencia, en la sala de espera, en una de sus primeras consultas. Cuando la doctora dijo por megafonía: “Miguel Fernández, pase a la sala 7”, todas las mujeres se quedaron atónitas mirándole, incluso un par de ellas se levantaron de su asiento para corroborar lo que habían escuchado. Asegura que entendió esas miradas indiscretas, aunque al principio se sentía un poco incómodo. Y es que con el tiempo, pasó a ser “una más”. Hoy, muy poca gente sabe que los hombres también pueden tener esta enfermedad, por ello no es extraño ver escenas como esta.
Hoy Miguel tiene 63 años y está totalmente recuperado. Acude una vez al año al hospital clínico de Valladolid para hacerse pruebas rutinarias y comprobar que esa “picadura” no reaparece. “Estas son revisiones para ver que todo está en orden. Ahora me tengo que preocupar por la tensión, el colesterol, la próstata… lo otro lo hago porque me da tranquilidad”, afirma el empresario mientras deja escapar una leve sonrisa en su rostro.
220 casos españoles
Los hombres también pueden padecer esta enfermedad, aunque el porcentaje es muy bajo. De cada cien enfermos, uno es hombre. El año pasado de los 22.000 casos que se diagnosticaron, 220 eran varones, lo que supone el 1% del total. Según explica Elena López Miranda, oncóloga del hospital Ramón y Cajal de Madrid, “al no haber un programa de detección precoz, porque el porcentaje es muy bajo, hay cánceres que llegan en una fase muy desarrollada”.
La desinformación es lo que determina en muchos casos el retraso del diagnóstico, lo que puede provocar que un cáncer que era fácil de controlar se convierta en una metástasis y, por tanto, puedan reducirse las posibilidades de curación. La mayoría de los hombres se hacen la misma pregunta: “¿cáncer de mama, yo?” Y la mayoría no piensan en esa temida palabra cuando se notan un bulto en el pecho, ya que asocian esta enfermedad solo a las mujeres. En ocasiones creen que solo tienen músculo y no mamas. Por ello, habitualmente, retrasan la consulta médica hasta que han transcurrido unos meses desde la aparición de los primeros síntomas.
Esto puede dar la impresión de que la tasa de mortalidad masculina es superior, pero no es así. Según la Sociedad Americana de Cáncer, cada año de detectan unos 1.600 nuevos casos de cáncer entre los varones en EEUU, de ellos fallecen unos 400. Mientras que de los 211.000 detectados en mujeres, 40.000 acaban en muerte. En España, según los últimos datos que aparecen publicados en el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2000 murieron 55 hombres de cáncer de mama.
¿Por qué a mí?
Se desconocen las causas exactas que originan esta enfermedad, aunque tienen mayor probabilidad de padecerla los hombres que tienen un mayor nivel de estrógenos o quienes padecen el síndrome de Klinefelter, una anomalía cromosómica que sólo afecta a los hombres, quienes tienen un cromosoma X –femenino– de más. Otros de los factores de riesgo son la obesidad, la cirrosis, anomalías genéticas o la utilización de hormonas estrogénicas en homosexuales, con el propósito de desarrollar los caracteres sexuales femeninos. Como el cualquier otro tipo de cáncer, tener antecedentes familiares supone un factor de riego más.
Es el caso de Elidio Martínez, un madrileño de 63 años a quien el pasado mes de abril le detectaron un tumor en la mama. Su madre falleció hace seis años de cáncer de colon. De hecho, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que entre el 15 y el 20% de los hombres con este tipo de tumor tienen antecedentes cercanos. Al principio, Elidio no dio mucha importancia al bulto, pero ante la insistencia de su hija Nuria, quien para él es su ojito derecho, acudió al médico. “Antes de ir al hospital, ni me imaginaba que este tipo de cáncer afectase también a los varones”, reconoce. Recuerda, que los quince días que pasaron desde que se lo diagnosticaron hasta que ingresó en el quirófano no paraba de hacerse preguntas: ¿un hombre puede tener cáncer en el pecho? ¿Se me habrá extendido a otros órganos?

El uso de hormonas estrogénicas en homosexuales es uno de los factores de riesgo. Foto CC BY Francisca Ulloa
Los síntomas principales son la presencia de un nódulo firme en el pecho, sangrado del pezón e irritación de la piel de la zona. No está claro por qué los varones de entre 60 y 70 años son más propensos a padecer esta enfermedad. Javier Espinosa, secretario científico de la SEOM, considera que “puede ser por la edad, porque a mayor edad mayor riesgo de multiplicación de las células o por un descenso en los niveles hormonales de testosterona que podrían favorecer un ascenso, relativo, de los estrógenos”. Una de las diferencias respecto a las mujeres es que, en su caso, el mismo tumor puede aparecer igualmente en chicas de 17 años que en mujeres adultas. Mientras que en los hombres todavía no se ha diagnosticado ninguno en jóvenes.
A Miguel le extirparon toda su glándula mamaria del lado derecho y en una segunda operación le quitaron algunos ganglios, después de comprobar que el cáncer se había extendido al sistema linfático. En el caso de Elidio, solo tuvieron que realizarle la mastectomía de una de las mamas. “La operación fue en mayo y en verano disfruté de la playa como en años anteriores, en ningún momento sentí que la gente me observase, ya que la cicatriz pasa desapercibida”, recuerda el madrileño.
El oncólogo Espinosa explica que esta puede ser una de las diferencias con respecto al tratamiento femenino: “mientras que en las mujeres los cirujanos optan por una cirugía conservadora, siempre que se puede, en los varones se suele optar por la mastectomía radical. Esto se debe a dos causas, la primera es que estéticamente no supone tanto impacto y la segunda es que al ser más pequeña la glándula mamaria, el tejido sano que hay a su alrededor suele ser menor”. Los cirujanos intentan mantener, siempre que se puede, la mama porque para ellas es mucho más traumático perder el pecho ya que es un órgano asociado a la feminidad, la maternidad y la sexualidad. En los hombres no existe esta vinculación.
Cada caso es diferente, en función del grado del tumor, de su tamaño, la edad y del estado del paciente se opta por un método u otro. Una vez extraído el tumor y los ganglios, si es que estos están afectados, se planifica el tratamiento. Se puede optar por la hormonoterapia o por la quimioterapia, que se emplea antes de la cirugía con el fin de reducir el volumen tumoral, o después, como método complementario. Además, combinando ambos se reduce el riesgo de recaída. Cuando el tumor está más extendido, como fue el caso de Miguel, se le aplica radioterapia. A Elidio le recomendaron la hormonoterapia y cada tres meses acude a una revisión al hospital Ramón y Cajal de Madrid. En la última, le dijeron: “todo está en orden”, y le mandaron hacerse una analítica y una ecografía de la otra mama para controlar que no hubiese ninguna anomalía.
El porcentaje de curación de quienes padecen cáncer de mama es del 80%, cuando hace tan solo quince años era del 60%. Este cambio no se ha observado de manera tan evidente en otros cánceres, pero el hecho de que haya tantas personas con esta enfermedad, permite realizar más estudios e investigaciones que permiten avanzar en el descubrimiento de nuevos medicamentos y de tratamientos más eficaces.
El miedo
La respuesta inicial, normalmente, es común en todos los pacientes, shock, incredulidad y sobre todo miedo. Ana González Márquez, responsable departamento de psicooncología de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), considera que todavía existe una asociación entre el diagnóstico del cáncer y la palabra muerte. Otra de las principales reacciones es el desconcierto: ¿esto existe?

En el año 2012 se detectaron 220 nuevos casos de cáncer de mama masculino en España. Foto CC BY Francis Bijl
A sus 66 años, Miguel reconoce que sintió vergüenza cuando le comunicaron la noticia, “al principio tuve miedo de contárselo a su familia y es que fue un shock muy grande para mí. No podía creérmelo, al principio pensé que se había equivocado el médico”. Él ni siquiera se lo contó a su círculo de amigos más cercanos, quería que el proceso pasara cuanto antes y poder llevar a cabo una vida normal. La psicoocóloga González considera que “normalizar su experiencia, que expresen sus miedos y ofrecerles testimonios de otros pacientes, puede resultarles útil para que no se sientan como bichos raros”.
Elidio decidió contárselo a su familia y a sus amigos, lo que le permitió desahogarse y sentirse siempre arropado. “No sabía qué tipo de tratamiento iba a tener que llevar a cabo, los cambios físicos, como por ejemplo, la caída del cabello, iban a ser evidentes. Me parecía absurdo ocultarlo”, afirma mientras se toca su canoso y abundante pelo. El hecho de haber conocido a otras personas que han vivido su propia experiencia le permitido no perder la esperanza en ningún momento.
Ni psicólogos ni nada que se le parezca, este madrileño afronta la vida con optimismo y ganas. Para él, su mejor tratamiento ha sido el apoyo y el cariño de su familia y amigos. “Ellos me han ayudado a aceptar esta situación y a adaptar mi vida a estos cambios”, comenta Elidio. Como la mayoría de hombres que padecen este tipo de cáncer, ha continuado yendo al trabajo para mantener la mente despejada y evitar que la enfermedad se convierta en una obsesión.
Unos se avergüenzan, aunque al final aprenden a convivir con la enfermedad. Otros no encuentran mejor tratamiento que los amigos y la familia. Todos se sienten descolocados cuando les comunican el diagnóstico y la respuesta suele ser común: ¿yo? Elidio y Miguel conviven con una cicatriz que les recuerda que la vida les ha brindado otra oportunidad y no piensan desaprovecharla.
Hábitos para prevenir el cáncer
1. Ejercicio físico. Varios estudios han demostrado que realizar ejercicio con asiduidad reduce las probabilidades de tener cáncer. Andar media hora todos los días a paso ligero es beneficioso para la salud. Además, el sobrepeso suele ir asociado a la creación de más hormonas de las necesarias, lo que favorece la aparición de este tipo de tumores.
2. Dieta mediterránea. Tener un peso adecuado reduce el riesgo de padecer esta enfermedad. Como explica el doctor Miguel Martín, jefe de oncología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, “cada vez está más claro que los beneficios son mayores con una dieta mediterránea que, simplemente, con una baja en calorías”.
3. Autoexploración. Palparse uno mismo en busca de pequeños bultos. Si el cáncer se detecta a tiempo las posibilidades de curación son mayores.
4. Mamografías. El diagnóstico precoz es primordial, la mamografía permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que se hagan palpables, y si el tumor se diagnostica antes de que sea invasivo, las posibilidades de curación son prácticamente del 100%.
5. Fármacos preventivos. Reino Unido ha sido el primer país europeo en autorizar el uso del Tamoxifeno, como fármaco para prevenir el cáncer de mama en pacientes sanos pero con una alta probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
6. Tabaco y alcohol. La relación del tabaco con este tipo de cáncer no es tan clara como en otros tumores, pero los beneficios son enormes. Asimismo, beber alcohol a edades tempranas comienza a perfilarse como un factor de riesgo.
7. Contaminación. Aparte de los factores genéticos y de los hábitos, la ciudad de residencia condiciona mucho más de lo que se piensa la aparición de un cáncer. Según ha anunciado la Agencia Internacional para Investigación del Cáncer (IARC), el aire que respiramos se puede clasificar como una de las principales causas de esta enfermedad.
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