Motivate App, el entrenador personal del empresario urbano
29 abril, 2013 | Por Mireia Segarra Paulo | Categoría: NegociosLa aplicación Motivate investiga la sensibilidad del contenido espacial para planear actividades urbanas medioambientales que mejoren el bienestar de las personas hacia un estilo de vida saludable.
Los avances en tecnología, la exigencia de pasar varias horas de días estudiando o trabajando frente a un ordenador o las horas de conducción para ir al trabajo son factores de riesgo en una ecuación que se ha convertido en un sistema de vida peligroso para la salud del individuo. El cambio en los hábitos de las personas actúa como catalizador para el sedentarismo, primer enemigo de la salud y el bienestar.
El ritmo de vida está marcado por una constante aceleración; el stress es el protagonista en la rutina de los trabajadores, dado que aumentan las exigencias en el mundo laboral, lo que implica pasar horas sentado y la ausencia de actividad física. El doctor Levine de la Clínica Mayo en Estados Unidos compara a aquellos sedentarios con los fumadores “por sus efectos nocivos sobre la salud” y determina que “aquellos que pasan 4 horas diarias delante del televisor tienen una probabilidad del 80% de morir por problemas cardiovasculares”.
Tras observar como la cifra de obesidad en adultos ronda los 1,5 billones de personas a nivel mundial, los investigadores estudian la posibilidad de adaptar la tecnología a la vida de estas personas y sus posibilidades. Una nueva aplicación para Android llamada Motivate se inicia en el mercado como pionera para aquéllos que no encuentren tiempo para el ejercicio físico y sí lo necesiten. Tras cinco años de investigación, Yuzhong Lin, doctora de la Eindhoven University of Technology, ha descubierto que es más probable que las personas sigan consejos sobre ejercicio si la recomendación se da en el momento exacto. Se trata de asesorar a los usuarios en base a su localización y su horario, para que les sea fácil seguirlo en ese momento.
Motivate ofrece ideas de actividades basadas en la localización, indica los lugares verdes más cercanos, alerta eventos personalizados y planea futuras actividades. Por ejemplo, lanza la pregunta como: “¿qué tal caminar hasta la próxima cafetería para una pausa?” o “bájate del autobús una parada antes y camina hasta llegar a casa”. No obstante, el usuario es quién decide cuándo realizar la actividad y queda luego registrado en la memoria de la aplicación. Manda de tres a cinco mensajes diarios y el supervisor de la doctora Lin, Bauke de Vries, asegura que “su investigación tiene el potencial de cambiar el comportamiento de la gente”.
Otro ejemplo de app es Motivator, una aplicación gratuita creada para Iphone por la agencia de publicidad Tiempo BBDO, que consiste en dar ánimos y energía a las personas que se sientan desmotivadas en varias situaciones. Ha conseguido 18.000 descargas en dos días, siendo número uno en la tienda App Store.
Motivator proporciona una serie de narraciones épicas para aquellos que busquen “un hombro sobre el que llorar, un amigo fiel que les impulse a no desistir, una luz al final del túnel o simplemente un poco de música que les inspire a superar situaciones tensas”, según el testimonio de Siscu Molina, Director General Creativo de la agencia publicitaria. “Es una app maravillosa para los tiempos de crisis nacional e internacional”, y los usuarios aseguran que a diferencia de otras aplicaciones, “ésta ofrece un toque de humor que motiva a creer en ella”.
Parece una obviedad que los proyectos que nacen de la mano de la tecnología para mejorar el estado de ánimo de las personas –ya sea de una manera anecdótica para aumentar la risa, o bien desde una investigación pormenorizada- pretenden disminuir el stress y ayudar a las personas a llevar un estilo de vida más saludable. Sin embargo, dejar que la tecnología module el comportamiento de las personas, principalmente sobre su salud, y dictamine juicios tal cual médico al paciente, puede ser peligroso, ya que la salud es muy delicada. Tal y como afirma el psicólogo E. Augustson del Instituto Nacional de Cáncer (NCI) en Estados Unidos, “en el campo de la salud pública distinguimos entre instrumentos y juguetes”.