Brian Schmidt: “Una buena teoría puede cambiar la historia”

29 abril, 2013 | Por | Categoría: Medios
El Nobel de física por el descubrimiento de la expansión acelerada del universo cuenta en  Madrid el antes y el después de su descubrimiento.

Brian Schmidt formaba parte de uno de los dos equipos que en 1994 empezaron a estudiar un tipo concreto de supernovas, especialmente brillantes, para medir la tasa de expansión del universo. En 2011 ambos equipos fueron galardonados con el premio Nobel de Física por haber descubierto que se estaba expandiendo aceleradamente.

Hasta entonces, se pensaba que al ser las fuerzas gravitatorias las reinantes del cosmos, lo más lógico sería que la expansión del universo se encontrara en un proceso de desaceleración, pues las gravitatorias son fuerzas atractivas, y por tanto, que tienden a frenar aquello sobre lo que actúan. Sin embargo, los datos que ambos equipos obtuvieron trabajando de forma independiente contradecían totalmente esta suposición. Schmidt recordaba hace unos días, en una conferencia organizada por la Fundación BBVA, el momento en que obtuvieron los primeros resultados: “No solo no dije Eureka, sino que le pregunté a mi compañero Adam Riess: ¿qué hemos hecho mal?”

Probablemente si el otro equipo no hubiera llegado también a las mismas conclusiones, este descubrimiento habría pasado desapercibido y archivado como otro más de los numerosos pasos en falso de la ciencia. Sin embargo, no ocurrió así y la coincidencia de resultados hizo que la comunidad científica los tomara realmente en serio. En 1998, la expansión acelerada del Universo fue considerada el descubrimiento del año por la revista Science. Este reconocimiento suposo aceptar que un algo misterioso estaba causando que el universo se estirara cada vez más rápido, pero… ¿el qué?

Después de conceder un breve descanso intelectual a los oyentes, mostrando fotos de lo verdaderamente “cool” de ganar un premio Nobel como las limusinas, saludar al Rey de Suecia o charlar con la princesa, el científico australiano volvió a la carga retornando a la pregunta que había dejado en el aire: ¿qué podría estar causando que el Universo se estirara cada vez más rápido?

La respuesta provisional, que de momento se ha aceptado mayoritariamente hasta que se encuentre otra que haga que las piezas del rompecabezas encajen mejor, ha sido identificar al enigmático fenómeno con un tipo especial de energía, bautizada con el nombre de energía oscura. Schmidt explicó cómo ya Einstein se había topado con este fenómeno al desarrollar la fórmula que se caracterizó con la constante que denominó cosmológica, haciendo una especie de apaño o ajuste, de modo que los resultados le cuadraran con cómo se pensaba entonces que tenía que comportarse el Universo. Más adelante, Einstein rectificó esta fórmula y se refirió a la constante cosmológica como su mayor equivocación.

Schmidt afirmó en la conferencia que la teoría de la existencia de la energía oscura era la única forma de explicar sus observaciones. Sin embargo, admitió que siguen faltando piezas en el puzle, y que, aunque haya otras observaciones como la distribución espacial de las galaxias, o el ruido de fondo cósmico microondas que aportan algunas de ellas, es evidente que a los astrónomos, astrofísicos y cosmólogos les queda todavía un largo recorrido para poder explicar el universo de la forma más completa posible.

La energía oscura juega un papel importantísimo en la cosmología, la ciencia que se remonta al origen del universo para estudiar su evolución a lo largo del tiempo. Aunque, por el momento, sea imposible de demostrar su existencia, la energía oscura permite explicar la historia del cosmos como un pulso continuado entre energía oscura (energía que empuja) y energía que tira (energía gravitatoria). Esta batalla determina que el Universo se expanda de una forma u otra y que pase o no posteriormente a contraerse. “La energía oscura parece haber ganado la batalla por el dominio del Universo”. El carismático astrofísico añadió que si esta teoría fuera finalmente cierta, seguiríamos viendo estrellas, pero cada vez más separadas entre sí, y el Universo se iría oscureciendo más y más. Sin embargo, Schmidt recordó que en este nuestro “messy universe” puede pasar cualquier cosa: “La energía oscura puede cambiar en el futuro y detenerse la expansión , o incluso puede acelerar el cosmos todavía más”.

 

 

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