Bachillerato de excelencia, la joven meritocracia

16 febrero, 2013 | Por | Categoría: Humanos
Un nuevo modelo de educación se ha implantado en algunos institutos públicos de la Comunidad de Madrid, que han querido adoptar el llamado Programa de Excelencia en Bachillerato. Supone un mayor nivel, tanto en las materias impartidas como en la exigencia de los propios alumnos.

El bachillerato de excelencia no es solo para superdotados. Foto CC BY Daniel Lobo.

Este programa se inicia en exclusiva en España a través de dos opciones: la primera, los Centros de Excelencia, y la segunda, las Aulas de Excelencia. El pionero fue el Instituto de Educación Secundaria San Mateo de Madrid, el curso pasado; y este año se han sumado a la iniciativa seis centros más, uno en cada zona cardinal de la región, salvo en la zona Oeste que se imparten en tres.

Lo que diferencia a una y otra opción es el número de estudiantes. El IES San Mateo dedica sus instalaciones única y exclusivamente a esta nueva metodología; es decir, no se imparte ningún otro curso, y todos alumnos que allí estudian alcanzan el nivel de exigencia requerido. Esto ha sido posible realizando unas obras de rehabilitación y mejora en el edificio, el cual se encontraba cerrado hasta entonces. Actualmente alberga a más de 200 alumnos.

Por su parte, el resto de institutos que se han incorporado este septiembre mantienen el sistema actual vigente, es decir, ESO y Bachillerato, pero añaden una más al número de sus aulas: la de Excelencia. Ésta está formada por grupos de unas 20 o 30 personas que han decidido formar parte. Los nombres son los siguientes: El IES Diego Velázquez (Torrelodones), IES El Burgo (Las Rozas de Madrid), IES Palas Atenea (Torrejón de Ardoz), IES Pintor Antonio López (Tres Cantos), y el IES Prado de Santo Domingo (Alcorcón) y IES Arquitecto Peredis (Leganés).

Los dos citados programas tienen en común una cosa, incorporan un mayor contenido académico en todas las asignaturas impartidas, a fin de aumentar la capacidad de sus alumnos, y conseguir un mayor nivel de conocimientos. Está destinado a los alumnos que finalicen la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) con un buen expediente académico, y por supuesto, que deseen cursar el bachillerato con el nivel de exigencia requerido. Esa mayor profundidad en los contenidos está destinadas a aprovechar de forma más eficaz el esfuerzo de los estudiantes, y a mejorar su rendimiento académico.

El requisito fundamental, que se les pide a los jóvenes que quieran incorporarse a estas aulas, es haber concurrido a las pruebas de los Premios Extraordinarios de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid. Estos premios consisten en varias pruebas escritas de conocimientos y destrezas, realizados al finalizar la educación obligatoria, son de carácter voluntario, y quienes se presentan aspiran a recibir algún diploma de aprovechamiento o una mención honorífica en la ESO. En caso de no haber asistido a esta convocatoria deben  acreditar haber obtenido una nota media igual o superior a ocho en 4º de la ESO, en las asignaturas de Lengua Castellana y Literatura, primera Lengua Extranjera, Ciencias Sociales, Geografía e Historia y Matemáticas. Si bien, tienen prioridad los alumnos admitidos en el proceso ordinario de admisión, es decir, el de los premios.

Este Julio, se presentaron cerca de 2.300 alumnos al citado proceso, con la intención de formar parte de el plan de excelencia; pero más de la mitad de estos chicos no superó los requisitos de acceso. Para hacerlo, debían haber obtenido una calificación de siete en el total las pruebas. Además del ya citado ocho en la media de expediente del instituto.

El curso pasado, un total de casi 100 alumnos habían superado todos los requisitos y formaban parte de este nuevo proyecto. Y este año, al adherirse también las aulas de excelencia, la cifra asciende a casi un millar de plazas ocupadas en la región madrileña. Como anécdota, destacar que los 25 primeros en la lista de acceso obtuvieron además una recompensa económica.

Preparación más especializada

Si se entiende que la finalidad de la ESO es lograr que los alumnos y alumnas adquieran los conocimientos básicos de la cultura; y que en Bachillerato se trata de facilitar su incorporación a la vida activa y a los estudios universitarios; aquí se da un paso más. El Programa de Excelencia tiene como objetivo añadido estimular y potenciar a los alumnos más brillantes, a través de una preparación más especializada en las distintas materias.

Al igual que en el bachillerato convencional, se cumple el plan de estudios vigente. Tanto en la modalidad de Ciencia y Tecnología, como en la de Humanidades y Ciencias Sociales. Queda, así, cubierto la rama de Ingenierías o Ciencias de la Salud; y también las Letras, a grosso modo, unos estudios orientados a las Filologías, la Historia, el Derecho y demás las disciplinas que han ido desgajándose.

En ambos grupos se imparte una hora más de Inglés a la semana. Además de otra hora adicional, dependiendo del grupo. Los del ciencias reciben una hora más de Física y Química si están en el primer curso, o de Matemáticas si cursan el segundo año. Mientras que las letras se da prioridad al Latín, impartiendo cinco horas semanales. Aparte, por supuesto, de las materias obligatorias comunes y las específicas de cada rama. No existen asignaturas de carácter optativo en ningún curso, esto se debe a que tiene por fin concentrar el esfuerzo en materias que serán de mayor relevancia de cara a futuros estudios universitarios. Lo que sí incluye el Plan de Estudios es el refuerzo de una segunda lengua extranjera, o alemán o francés, según el centro. Y ofrece a los niños la posibilidad de prepararse exámenes de certificación internacional oficial.

El porcentaje de jóvenes de las dos modalidades se distribuye de la siguiente manera, a día de hoy. un 80% del alumnado estudia la rama de ciencias y tecnología, y un 20%  la vertiente de Humanidades.

Todos los estudiantes que cursan este bachillerato realizan en el 2º curso un proyecto de investigación, relacionado con algún área de cualquiera de las asignaturas, lo que en el Bachillerato Internacional recibe el nombre de <<la Monografía>>. La Consejería de Educación, en este caso otorga premios a aquéllos que hayan realizado los mejores trabajos. También, su plan de estudios contemplan la opción de participar en certámenes académicos nacionales e internacionales, concursos de declamación y debate, concursos de traducción de Lenguas Clásicas (Certamen Ciceronianum), Olimpiadas Matemáticas, Físicas, etc.

El horario de clases es intensivo, entre las 8:30 de la mañana y las 15:00. A ello, se suma también el desarrollo otras actividades específicas, de tipo extraescolar, en horario vespertino hasta las 17:00 aproximadamente. Entre éstas destacan: diseño asistido por ordenador, taller de retórica, taller de declamación; además de las típicas excursiones.

Aun no existe ninguna promoción de estos niños excelentes, habrá que esperar a este Junio para ver a los primeros. En el momento que obtengan el título de Bachiller recibirán el correspondiente certificado acreditativo de esta circunstancia.

En cuanto a la docencia, no sirve cualquier maestro. “Se requiere por parte de los mismos: vocación acreditada, larga experiencia en la enseñanza de bachilleres, título de doctor, cierto gusto por la competición académica y grandes dosis de entusiasmo “ según cuenta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; encargada de elegir al profesorado actual, aunque no lo hace sola; cuenta con el respaldo de un reputado grupo de intelectuales, entre ellos, la científica Margarita Salas, el poeta Luis Alberto de Cuenca, el historiador Juan Pablo Fusi y la filóloga Inés Fernández-Ordóñez. Si bien, el puesto es anual, con un periodo que comienza el 1 de Septiembre hasta el 31 de Agosto; y cada plaza debe, por tanto, renovarse o expirar en ese plazo. Se ha optado, por tanto, por una comisión de servicio para constituir el claustro, sin baremos públicos ni traslados.

En cuanto a la docencia, no sirve cualquier maestro. “Se requiere por parte de los mismos: vocación acreditada, larga experiencia en la enseñanza de bachilleres, título de doctor, cierto gusto por la competición académica y grandes dosis de entusiasmo “ según cuenta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; encargada de elegir al profesorado actual, aunque no lo hace sola; cuenta con el respaldo de un reputado grupo de intelectuales, entre ellos, la científica Margarita Salas, el poeta Luis Alberto de Cuenca, el historiador Juan Pablo Fusi y la filóloga Inés Fernández-Ordóñez. Si bien, el puesto es anual, con un periodo que comienza el 1 de Septiembre hasta el 31 de Agosto; y cada plaza debe, por tanto, renovarse o expirar en ese plazo. Se ha optado, por tanto, por una comisión de servicio para constituir el claustro, sin baremos públicos ni traslados.

El perfil del alumnado

Si hay algo que caracteriza a estos chicos es que son estudiosos y están muy interesados en lo que están haciendo. Por lo demás, es decir, fuera de lo académico, son chicos normales, con sus virtudes personales, sus problemas de adolescencia, sus fortalezas y sus debilidades. Afirma su director, Horacio Silvestre. La muestra de población que ha entrado en el IES San Mateo, es un reflejo de la sociedad madrileña media: “Hay chicos de familias de clase media-alta, media-baja; extranjeros y nacionales en la proporción esperable estadísticamente; chicos y chicas también en porcentaje típico y de izquierdas y de derechas”.

De entre todos los jóvenes que asisten a este centro, hay un superdotado diagnosticado, ya que va un curso por delante de su edad; y luego, muchos de ellos están especialmente dotados para las Matemáticas; uno, en particular, ha llegado dos veces a la fase nacional de las Olimpiadas Matemáticas, con pretensiones de llegar este año a la fase internacional. Luz Pérez, presidenta de la Asociación Española para el Estudio de la Superdotación, explica que se necesitan estos centros, puesto que no todos los alumnos aprenden al mismo ritmo.

Sin embargo, a pesar de la brillantez que caracteriza a estos chicos, algunos  han bajado su media un par de puntos, “de diez a ocho o nueve”, cuenta Felipe Fajardo, alumno del San Mateo. Y es que el nivel de exigencia ha hecho mella. Lo que más inquieta a este chico, y a otros compañeros más, es que este descenso pueda perjudicarles en la nota media final de bachillerato y Selectividad. Además también se han dado casos de suspensos a final de curso. El año pasado, tres chicos fueron a Septiembre con una asignatura cada uno. Dos de ellos lo hicieron con Inglés, y el tercero con Matemáticas.

Y por lo que se refiere al abandono, aproximadamente un 10% de los alumnos que entraron el curso pasado abandonaron el programa. Este año no ha lo ha dejado nadie por el momento, en ninguno de los siete centros.

“El mayor beneficio que tengo con mi trabajo como director en el San Mateo es poder contribuir a que vuelva a haber un Bachillerato en España digno de tal nombre, a que el Latín vuelva a tener un peso en la formación de los bachilleres españoles y a que la enseñanza pública deje de ser una institución asistencial para alumnos que nadie quiere y que no son capaces de aprender nada con un poco de dificultad académica.” Confiesa Horacio Silvestre, que en este instituo ha vuelto a sentirse catedrático de Latín, “precisamente aquello a lo que oposité hace casi 30 años”.

Pese a lo positivo y alentador que pueda parecer este sistema, hay sectores y asociaciones que lo devalúan, critican y desmitifican. Por ejemplo, los sindicatos CC.OO y UGT rechazaron desde el primer día el proyecto, tachándolo de elitista. También la <<Federación de Asociaiones de Padres y Madres (FAPA) Giner de los Ríos>> tilda de fracaso los proyectos de excelencia, pues opinan que supone una segregación, y advierte a los padres de “condenar a sus hijos  a un futuro incierto, porque tan sólo es un proyecto mediático e ideológico”, afirma. También el presidente de la <<Asociación de Directores de Institutos (FEDADI), José Antonio Martínez, advierte que la calidad no se soluciona ya en bachillerato, sino que tiene que ser antes, sobre todo en primaria; y que son las universidades las que deben encargarse de formar las élites, no los bachilleres. También los sectores más a la izquierda de la Asamblea de Madrid, cuando salió este tema a debate, aseguraron que terminaría por afectar a todo el sistema educativo, y que dejaría sin posibilidades de alcanzar programas avanzados a los alumnos socialmente más desfavorecidos.

El fracaso escolar

La crisis económica mundial está teniendo una repercusión en el desempleo. Actualmente, numerosos jóvenes abandonan la escuela sin las competencias necesarias para salir adelante y encontrar un trabajo decoroso. Y no sólo salen perjudicadas las esperanzas de éstos, sino que los errores en educación comprometen el crecimiento económico equitativo y la cohesión social. La prosperidad de los jóvenes depende, cada vez más, de las competencias que la educación  pueda ofrecerles. Para  remediarlo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha elaborado un Informe de Seguimiento de la Educación para todos (EPT) en el Mundo busca soluciones para mejorar los programas de desarrollo de competencias y ampliar su alcance.  En todo el mundo, uno de cada ocho personas, de entre 18 y 24 años, está buscando empleo. No satisfacer esta necesidad significa perder potencial humano y poder económico.

En concreto, la situación en que se encuentra España respecto a la enseñanza deja que desear. Mientras que en la Unión Europea el 14% de los estudiantes abandona sus estudios a los 13 o 14 años, en España esta cifra se duplica, y uno de cada tres alumnos no llega más allá del primer ciclo de la ESO. Confirma el informe de la EPT de la Unesco. Y no es la única investigación sobre el tema, el Foro Económico Mundial elabora el Informe de Competitividad Global 2011-2012, para 142 países. Sitúa la calidad de la educación científica y matemática en España en el puesto 111, superado por países como Albania (42), Argelia (96), Blangladesh (106), Burkina Faso (88), Colombia (83) o Portugal (105).

El Bachillerato de Excelencia intenta poner fin a esta tendencia, con un procedimiento diferente de lo común. Pretende que sus alumnos accedan a mejores puestos de trabajo, y que mediante el estudio no pierdan la motivación, y no cesen en posteriores investigaciones. La creación de estos centros públicos en la enseñanza secundaria podrían ser un factor decisivo para romper este círculo vicioso.

Por otro lado, en los cursos del bachillerato convencional en España, dada la heterogeneidad de los alumnos, la ausencia de interés de varios jóvenes y la falta de disciplina generalizada, hace que se mantenga la tendencia actual de abandono escolar. Jesús Pérez Esteban, profesor del IES El Burgo, asegura que “con la inexistente preparación básica de la mayoría no es posible dar clases con normalidad, ni cumplir mínimamente los programas, ni ofrecer una formación digna de tal nombre.

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