¿Funcionará este riñón? Consulta online
29 abril, 2013 | Por Cristina Ordoñez | Categoría: MáquinasCientíficos de la Universidad John Hopkins, en EE.UU., han desarrollado un programa informático que calcula estadísticamente los riesgos que un trasplante de riñón tiene para los pacientes interesados. Se trata de una herramienta muy manejable que ayuda a decidir a los pacientes si aceptar el órgano ofertado o esperar a uno que presente mejores condiciones. El programa indica los porcentajes de esperanza de vida que tendrá el paciente si acepta el trasplante inmediato o si espera a recibir un órgano menos dañado.
La herramienta, que se encuentra en Internet y es de libre acceso, estima el riesgo a través de una serie de variables como la edad, raza, el tipo de enfermedad, si el paciente ha sido trasplantado anteriormente o el tiempo que lleva en la lista de espera. También recoge el riesgo de infección que pueda presentar el órgano donado.
El programa se desarrolló gracias a una investigación liderada por el doctor Segev, en la que se recogió información de docenas de publicaciones relacionadas y de los datos registrados de cientos de pacientes con enfermedades renales. Además, se acudió a expertos cuando la información recogida era insuficiente en determinados casos. Con su uso, se espera disminuir la media de los 5 años de espera y el riesgo de muerte durante ella, que suele ser de entre el 5 y el 15%.
Antes de considerar un riñón apto para el trasplante, se somete a diferentes pruebas para detectar enfermedades infecciosas como el sida o la hepatitis C. Sin embargo, aunque los resultados sean negativos, existe un 10% de posibilidades de que el órgano esté infectado dependiendo de los riesgos a los que se expuso el donante. Estos suelen ser mayores cuando ha estado en la cárcel, ha abusado de drogas o ha ejercido la prostitución. Por consiguiente, muchos pacientes rechazan la posibilidad de operarse para esperar otro órgano en mejores condiciones, sin embargo, “las donaciones de pacientes más sanos son escasas”, explica Segev. “Los pacientes, deben ponderar si es mejor aceptar el órgano o morir durante la espera del siguiente”. Según él, en la mayoría de los casos, aceptar el órgano es más beneficioso para el paciente que esperar a una nueva oferta; ya que miles de pacientes mueren durante la espera.
Aunque algunos están lo suficientemente sanos para rechazar el órgano y esperar, no es el caso de todos. Un ejemplo es el de Eduardo. La herramienta indica que tiene un 78% de posibilidades de sobrevivir cinco años si se trasplanta, aun si el riñón pudiera estar infectado de hepatitis C. Si por el contrario decidiera esperar, estas posibilidades se reducen al 60%. En este caso, dice Segev, esperar sería más perjudicial para el paciente que trasplantarse.
Demasiadas variables
La nefróloga del Hospital de La Paz de Madrid, Carmen Riñón, discrepa. Los trasplantes, según ella, son sumamente complicados. El paciente se somete a rigurosas pruebas antes, durante y después de la intervención. Además, el cuerpo tiende a rechazar continuamente el órgano trasplantado, por lo que el paciente debe tomar inmunodepresores y ser tratado de por vida para que su cuerpo lo acepte.
Por ello, el riesgo de que existan complicaciones médicas es mayor si el órgano presenta la posibilidad de estar infectado, ya que, además de luchar contra el rechazo natural por parte del cuerpo, el órgano funcionará mal y seguirá siendo perjudicial para el paciente.
Además, en muchos casos un órgano sano trasplantado puede verse dañado si no se ha detectado cuál era el problema del paciente que afectó al suyo propio. “El mismo problema que dañó su riñón, puede dañar al riñón sano que ha sido trasplantado si no se han descubierto las causas”, explica.
El riñón es el órgano más trasplantado en el mundo, y representa el 68% de las donaciones según el Registro Mundial de Trasplantes que gestiona la Organización Nacional de Trasplantes en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. España es el líder europeo de donaciones con un 17,3%. Sin embargo, el Registro Mundial apuntó el año pasado que durante el 2011 nueve pacientes europeos fallecieron cada día mientras esperaban un órgano.