Tecnología en las microempresas
21 abril, 2012 | Por Arturo Macario González | Categoría: NegociosSon pequeñas, numerosas y se han multiplicado en los últimos tiempos hasta formar una auténtica marabunta. Y encima se han armado con los últimos avances tecnológicos para ser más eficientes y mejorar su productividad. Las microempresas, es decir, las empresas con menos de diez empleados y que facturan menos de dos millones de euros anuales, son una pieza fundamental en la estructura económica de un país como España.
Según la Asociación Española Multisectorial de Microempresas (AEMME), el 80% del empleo creado en el último lustro proviene de esta clase de compañías que, actualmente, representan el 95% del entramado empresarial del Estado. Y no se trata de un hecho puntual, sino de una tendencia que, para expertos como Lynda Gratton, catedrática de la London Business School, “está extendiéndose por todo el mundo de manera imparable”.
En su obra Prepárate: el futuro del trabajo ya está aquí, Gratton augura que para el año 2025, factores como la globalización y la implantación de las nuevas tecnologías habrán cambiado el mercado laboral. Los microempresarios serán ya una mayoría todavía más aplastante e influyente. Tendrán a su alcance todos los medios necesarios para desarrollar sus ideas, cada uno de ellos se comunicará con los demás, colaborarán y crearán, en definitiva, ecosistemas en los que unos prestarán servicios a los otros sin importar en qué lugar se encuentren. Serán, en fin, una marabunta organizada a nivel mundial.
Un ejemplo que corrobora que este vaticinio que ya empieza a ser una realidad es el de Manzanasusadas.com, un portal español de compra-venta de productos de segunda mano de la marca Apple. La gran novedad aquí reside en el automatismo de la gestión de los pedidos: cuando se efectúa el pago a través de banca electrónica, una compañía de transportes recibe instantáneamente los datos del vendedor y del comprador y el artículo es expedido sin que la empresa o los usuarios tengan que realizar personalmente gestión alguna. Esto permite, no solo derribar barreras y facilitar el proceso, sino también poder sacar adelante una empresa de características similares a las de la multinacional eBay con solo dos trabajadores y sin invertir un solo euro en promoción gracias al uso de las redes sociales.
Este caso es destacable también porque, a su vez, es una muestra de esos ecosistemas de microempresas de los que habla la catedrática Gratton: Manzanasusadas.com ha sido posible solo gracias a la participación de Adama Web, otra pequeña compañía fundada por dos jóvenes emprendedores asturianos dedicados al asesoramiento en el ámbito de las nuevas tecnologías y al desarrollo de proyectos web. Ellos dieron forma a la idea y consiguieron hacer que fuese una realidad viable.
Estos son solo dos ejemplos, pero con la penetración de los avances tecnológicos se ha abierto un amplísimo abanico de opciones. Actualmente es posible desde comprar marisco fresco en una cetaria a través de su tienda en internet hasta apadrinar una vaca y recibir en exclusiva productos elaborados con su leche. Y sin que para ello haya sido necesaria una inversión millonaria en infraestructuras ni en un numeroso equipo humano.
La patronal AMETIC (Asociación Multisectorial de Empresas de la Electrónica, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, de las Telecomunicaciones y de los Contenidos Digitales), ha presentado en febrero de 2012 un estudio que destaca precisamente el aumento de este tipo de relaciones comerciales en línea, que ya llevan a cabo el 51,4% de las empresas españolas.
Al alcance de muchos
“Hoy en día cualquiera puede ser empresario en la red sin que le cueste un ojo de la cara”, afirma René Fernández, de Adama Web. “Desde que empezamos en 2009 hemos ayudado a mucha gente a vender sus productos o servicios on-line, a empezar nuevos negocios o, sobre todo, a mejorar el funcionamiento de los que ya tenían”.
Y es que las nuevas tecnologías no solo son fundamentales para embarcarse en aventuras profesionales basadas en el comercio en la red. También son la clave para modernizar pequeñas empresas más tradicionales y optimizar su eficiencia. Desde programas de contabilidad hasta bases de datos de productos, sin olvidar la promoción y la visibilidad que se consiguen a través de las páginas web. Todo ello es mucho más rápido, sencillo y accesible gracias a la informática.
Por todos estos motivos, según el último informe del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI) hay tantas empresas que utilizan teléfonos móviles como ordenadores (el 70%), y el número sigue subiendo cada año. Además, el 64% de ellas están conectadas a internet y el 25,9% dispone ya de un sitio web propio.
La asignatura pendiente ahora mismo es el uso de las redes sociales. Si bien en algunos sectores como los del turismo y la hostelería se explotan más, en general se hace poco y se hace mal. De acuerdo con la consultora Coleman Parkes, de cada diez empresas españolas, siete necesitarían asesoramiento para mejorar el modo en el que las utilizan.
Señalan, además, que, si bien el 58% de las entidades analizadas disponen de cuentas en servicios como Facebook y un 26% en Twitter, la mayoría de estas están abandonadas o no explotan al máximo su potencial como herramientas de marketing o de fidelización de clientes. Y esto es algo que puede pasarles factura en el futuro cercano, cuando se convierta en algo habitual entre sus competidores.
Los avances tecnológicos son imparables. Cuando llegan, los modelos de producción cambian y las estructuras económicas que se creían asentadas, se tambalean. Antes de la invención de la imprenta, solo unos pocos editaban libros. Tras su aparición, la competencia fue creciendo paulatinamente y, con el tiempo, acabó convirtiéndose en una actividad comercial como otra cualquiera.
Hace solo 20 años, algo como eBay era prácticamente irrealizable. En el mundo de hoy, con los recursos que ya están al alcance de cualquiera, bastan dos personas, una microempresa, para ofrecer un servicio similar. Solo hay que saber aprovecharlos. Cada vez son más. Avanzan de manera inexorable y no tienen miedo de hacerse hueco en cualquier sector o de comerle terreno a cualquier multinacional.