“Minority Google”, coches autoconducidos
29 junio, 2012 | Por María Pardo Alcaide | Categoría: MáquinasSe llama Google Car y es el primer coche que posee la tecnología que permite que conduzca por sí mismo. Ha nacido con un objetivo claro: ayudar a reducir los accidentes en carretera causados por errores humanos y a aumentar la eficacia energética.
¿Qué tienen en común los coches utilizados en las películas Yo Robot, Minority Report y El Quinto Elemento? La respuesta es que, además de que todos salen de películas de ciencia ficción, son coches del futuro dotados de sistemas de Inteligencia Artificial que no necesitan un conductor que lo maneje. Estos vehículos han superado la barrera que une el presente con el futuro y hoy se pueden encontrar unos pocos prototipos circulando por algunas calles de Estados Unidos.

Google ni siquiera informa de sus planes de futuro a los fabricantes. Montaje CC BY Manuel Iglesias.
Estados Unidos es pionero en la conducción de coches automatizados. Desde el 1 de marzo de 2012, gracias a la aprobación de la primera licencia de vehículos autónomos por parte del Departamento de Estado de vehículos a motor en Nevada, los coches autónomos pueden circular públicamente. Una matrícula color verde es la que deberá disponerse en los que se aprueben para la circulación por las calles. Si, por el contrario, están aún en pruebas, deberán incorporar el vehículo con una placa roja.
Por el momento, de los siete Google Car que hay, seis son Toyota Prius, que es la marca a la que el Departamento de Estado ha concedido la licencia. Además, Audi ha incorporado a un modelo TT los sistemas experimentales de Google. Google no suelta prenda, ya que según Alejandro San Martín, del departamento de comunicación de Toyota España, “la propia casa Toyota no sabe nada más que la información que Google ha querido proporcionar, por lo que no se sabemos nada de los sistemas que han utilizado”. De momento, de lo que sí se tiene constancia es de que todos ellos disponen de un sistema de Inteligencia Artificial basado en el uso de ordenadores, cámaras de vídeo, sensores de radar, rayos láser y una base de geolocalización proporcionada por el sistema de mapas de Google. Gracias a estas tecnologías, el coche es capaz de analizar el entorno durante la conducción de manera más rápida y segura.
Los coches de Google Car han circulado, sin ningún tipo de intervención humana, más de 1.610 kilómetros. Antes de que esto sucediese, los ingenieros que tripulaban los vehículos realizaron intervenciones ocasionales, como accionar el freno y corregir la dirección, durante más de 225.308 kilómetros. Hasta ahora sólo ha habido un accidente, que tuvo lugar durante el periodo de pruebas,, y que fue causado por un conductor ajeno a la compañía.
Según Alan Taub, el jefe de investigación de General Motors, “la llegada de este tipo de vehículos al mercado comenzará con la nueva década”. Entre la oferta existente, además del coche de Google se podrán encontrar modelos como el EN-V, pensado para la circulación urbana y con capacidad para dos personas, que puede funcionar tanto de forma manual como de forma automática, y el Hongqui HQ3, un coche fabricado en China que, a diferencia de los otros dos modelos, no está dotado de GPS que guíe al coche, por lo que se ayuda de un radar y un sistema de cámaras.
España en fase prototipo
Aunque por el momento se vive únicamente en Estados Unidos, en España ya hay prototipos que pueden circular sin conductor, pero en fase de investigación. El Instituto de Automática Industrial del CSIC posee varios vehículos. El Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) también tiene una línea de investigación que cuenta con vehículos autónomos, tanto turismos como vehículos pesados. Según Felipe Jiménez, doctor ingeniero industrial y director de la Unidad de Sistemas Inteligentes de INSIA, “es un proceso gradual, ya que según se avanza en estos campos, los nuevos sistemas requieren de un mayor grado de automatización, siendo el último escalón la automatización completa del vehículo”. Así se crearon tecnologías que permitían el accionamiento de luces y limpiaparabrisas, para luego dar paso a las tecnologías Park Assistant, que permiten el estacionamiento automático del vehículo.
Lo cierto es que otro de los sistemas estudiados dentro de este grado de automatización es desarrollado por un investigador de la Escuela Universitaria de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el grupo Autopia del CSIC. Ha apostado por una técnica de conducción automática que, mediante sistemas inteligentes, es capaz de realizar maniobras de adelantamientos a otro vehículo emulando el comportamiento de los seres humanos. Para ello se han basado en una técnica denominada “lógica borrosa”, que trata de representar, en un modelo, los comportamientos y procedimientos de los seres humanos cuando conducen y, sobre todo, cuando realizan un adelantamiento. Así, tres controladores borrosos son capaces de mover el volante, el acelerador y el freno de un vehículo autónomo de forma muy parecida a como lo haría una persona.
El motivo por el que, en España, se está promoviendo el desarrollo y la incorporación de sistemas de asistencia en los vehículos, no es otro que el de crear un conductor atificial que pueda comportarse de forma similar a la de los seres humanos pero evitando los fallos que éstos puedan tener, como distracciones. De esta forma, se pretende lograr una conducción más segura y, así, satisfacer el desafío lanzado por la Comisión Europea en el Libro Blanco del Transporte, para disminuir un 75 % el número de muertes por accidente de tráfico en 2015.
Sin embargo, y al contrario que en Estados Unidos, en España estos coches serán cosa del futuro, porque aún se desconocen muchos aspectos importantes. Según Felipe Jiménez, “su uso implicaría cambios muy importantes en la legislación, lo que supone plazos de tiempo muy amplios”. Añade, además, que “su implantación en España tendrá varios problemas, como la interrelación con vehículos con conductor humano, temas de fiabilidad, posible respuesta negativa por parte de los usuarios, etc.”. Carlos Noya, creador y administrador de blogeléctricos.com, afirma que “los coches autónomos son una evolución natural, una característica que se unirá a las acciones, que ya no necesitan de nuestra intervención en muchos coches. La conducción manual seguirá siendo parte de nuestra cultura, pero la comodidad hará que acabemos activando la automatización del coche. Sin embargo, creo que a nuestro país le costará adaptarse a esta implantación y, por ello, la realidad de los coches autónomos tardará varias décadas en tener un mínimo impacto”.
Los temores se centran en qué pasa en caso de accidente y de quién será la responsabilidad. Jesús González, director técnico de Oferta Autos, asegura que “la ley del contrato de seguro para este tipo de vehículos tendrá que adaptarse y crear una nueva ley para ver de quién es la responsabilidad en caso de siniestro, teniendo siempre en cuenta quién conducía el vehículo en cada momento. Pero lo que está claro es que, al ser un vehículo a motor, está obligado a tener un seguro de responsabilidad civil”.
El primer usuario del coche Google es ciego
Se llama Steve Mahan, vive en Nevada y es el primer usuario de Self-Driving Car, de Google. A simple vista, Mahan podía haber sido cualquiera. Sin embargo, la pérdida del 95% de su visión le convirtió en uno de los ejemplos más representativos de lo que esta nueva tecnología, cuyo fin es mejorar la calidad de vida de quienes lo consuman, podría ser para los discapacitados. Según Mahan, “siendo ciego pierdes el timing en la vida y todo te lleva mucho más tiempo. Hay lugares a los que no puedes ir y cosas que no puedes hacer. Este proyecto cambia mi vida, porque me da independencia y flexibilidad para ir a los lugares que quiero y necesito, cuando quiero”.
Este usuario ha protagonizado la grabación del vídeo “Self Driving Car Test”, que ya supera los dos millones de visitas en Youtube. Muestra el recorrido de Steve Mahan por las calles de Nevada, con el objetivo de llevar a cabo quehaceres tan habituales como recoger la ropa de la tintorería. En él se ve también cómo el volante del Toyota Prius en el que viaja, pero no conduce, Mahan gira solo mientras éste se come plácidamente la comida rápida que acababa de comprar.
Según las explicaciones dadas por Google a Youtube, para la conducción con Steve Mahan, además de asignar un acompañante que controlara la conducción, se elaboró una ruta cuidadosamente programada para llevar a cabo el experimento técnico. Según hizo público Google, “se trata de una mirada prometedora sobre lo que la tecnología autónoma puede un día conseguir si se logra una tecnología rigurosa y se cumple con los estándares de seguridad”.