Los universitarios se declaran adictos a las redes sociales
25 mayo, 2012 | Por Alejandra Pardo de S. Boehm | Categoría: RedesEl 10 de octubre de 2011, el servidor de Blackberry para Europa, Oriente Medio y África caía, dejando a todos sus usuarios en un estado de histeria colectiva. Las líneas de atención al cliente de los principales teleoperadores colapsaro bajo las llamadas de miles de clientes exigiendo saber porqué no funcionaban el correo, ni la mensajería, ni la conexión a la Red.

El debate sobre si la adicción a las redes es tal sgue abierto. Foto CC By Mike Licht, NotionsCapital.com.
Es más, si era usuario de esta compañía, probablemente recordará el día como caótico y algo angustioso. Al fin y al cabo, había perdido su manera de comunicarse, incluso cuando podía hacer llamadas y mandar SMS sin ningún poblema. Después de ese día y de la tormenta de comentarios en diversas redes sociales salió a la luz un problema escondido: no se sabe vivir sin internet.
Toda activida pacentera corre el riesgo de convertirse en adictiva. Aunque no todas las adicciones necesitan de sustancia, como es el caso de las no químicas o psicológicas. En esta categoría se encuadran las adicciones tecnológicas, como las nombró Mark Griffiths, psicólogo y uno de los primeros estudiosos de este tema. Estas comprenden una interacción hombre-máquina. Pueden ser pasivas, y lo bastante inofensivas para no preocupar excesivamente a los expertos, como es el caso de la televisión. O pueden ser activas, y un poco más peligrosas, entre las que se engloban la adicción a los juegos o a internet.
Sin embargo, según la opinión del doctor Guillermo Ponce, psiquiatra de la clínica Doctor López-Ibor, la de internet es una adicción que no existe. Este solo es el medio en el que se desarrollan diferentes comportamientos patológicos. En algunos casos podrían desarrollarse sin él, como la pornografía o la ludopatía. En otros, es imposible que existiesen sin la Red, lo que es el caso de la adicción a los juegos online o a las redes sociales.
Es en estas últimas en las que el término adicción se utiliza con mayor precisión. Desde el auge de las redes sociales en 2005, y sobre todo desde su incorporación a los smartphones, la necesidad de estar en una o varias de estas redes, especialmente en los sectores de edad más jóvenes, es patente. Entre los universitarios existe una necesidad de estar conectado siempre, y de tener el móvil al alcance de la mano de forma continua.
Un día desconectado
En la encuesta hecha a los estudiantes que se ofrecieron a pasar 24 horas sin medios de comunicación para el estudio The World Unplugged coordinado por el International Center for Media & the Public Agenda de la universidad de Maryland, no dejan de aparecer términos relativos a la adicción: sentían ansiedad, soledad, nerviosismo, vacío, incomunicación… Todos ellos términos que definen lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
Las conclusiones de este estudio demostraron que la adicción a las redes sociales es real y muy cierta, incluso si no se reconoce oficialmente. Y sin embargo, las opiniones sobre este campo están enfrentadas. Unos preveían un panorama en el que los estudiantes ya no sabrían relacionarse sin usar las redes sociales. Otros consideran esto una auténtica locura. “Por lo que sé, un estudiante universitario que diga que es adicto a Facebook, no es un diagnóstico adecuado para una adicción de cualquier tipo. Es lo mismo que si dicen que son adictos al chocolate” menciona Pamela Brown Rutledge, directora del Media Psychology Research Center, en Psychology Today.
Sin embargo, está generalmente admitida la existencia de esta adicción, y tiene síntomas que se pueden encontrar. ¿Qué se debe buscar? Según Nacho Madrid López, psicólogo, las consecuencias negativas se pueden encontrar ante todo en las que se derivan de la privación de sueño, como fatiga y deterioro de salud. También hay que buscar alteraciones del humor y estados de conciencia alterados.
Desde el 2010 los expertos han elaborado numerosos cuestionarios, de estructura muy simple, que parecen permitir a la persona saber si es adicta o no. Dado que se basan en la sinceridad del sujeto hacia uno mismo no son muy fiables.
El doctor Ponce explica “Sabemos que en las adicciones en general existen condicionantes biológicos de tipo genético y también factores psicosociales. Al contrario que en otras, las redes sociales tienen mucha menos capacidad de “enganchar”, por lo que para que se desarrolle una adicción a ellas habitualmente tienen que existir dificultades personales de diferente tipo que hagan que un individuos sea más sensible a su efecto”.